
Cuando se trata del sueño infantil siempre nos encontramos con muchas opiniones, muchas variantes y mucho debate.
Normalmente solemos encontrarnos con dos corrientes completamente opuestas entre sí: o enseñas a dormir a tu hijo a base de llantos, o te resignas a esperar aceptando que no vas a dormir en meses o años...
No hablaré hoy sobre estas dos opciones porque ya muchos las conocéis (o sino otro día os hago un resumen). Pero, ¿y si una familia no quiere practicar el colecho pero tampoco pretende dejar llorar a su bebe a solas? ¿Existe un punto intermedio? A mi modo de ver sí. Lo que me preguntan algunos papas es: Vale, pero dime por favor como funciona ese punto intermedio. Es importante que entendáis que lo que voy a contaros ahora es para aquellos papas que tienen o van a tener un bebe recién nacido y tienen claro que no quieren esperar ni dejar llorar. Es para aquellos papás que tienen un bebe menor de 6 meses en casa. HERRAMIENTAS: Respeto: Tratar el descanso del bebe como si de un momento sagrado se tratara. Evitar despertarlo a no ser que sea estrictamente necesario. No es lógico despertar a un bebe porque ha venido una visita y quieren verle el color de los ojos... Procurar ponerle las cosas fáciles al bebe para que conciliar el sueño no le suponga una tensión añadida. Si el bebe no es capaz de conciliar el sueño en el cochecito, por ejemplo, mejor no ponernos cabezones, lo que importa al fin y al cabo es que duerma y se despierte descansado y listo para seguir aprendido del mundo. Recordad que si no descansa durante el día probablemente tampoco lo haga por la noche así que su descanso es tan importante como vuestra necesidad de dormir del tirón unas horitas. Observación: Observar a nuestro bebe es una de las principales claves. Necesitamos conocerle y adelantarnos a sus necesidades. Cuando hablamos de sueño infantil es necesario que sepamos cuando es el momento de acostar a nuestro bebe. Un bebe recién nacido da muchas pistas. Aun bebe recién nacido no puedes ponerle horarios, pero sí puedes observarle, y conocer cuando es el momento clave para ponerle a dormir. Un bostezo, una mirada perdida o cristalizada el hecho de rascarse los ojos o la oreja serán indicadores de necesidad de descanso y será en este momento cuando tengamos que acostar al bebe sin demora. Pero además, para que logre dormir tiene que tener todas sus demás necesidades cubiertas y para ello, de nuevo, será bueno que conozcamos bien a nuestro pequeño. Pero no podemos observar a nuestro bebe ni conocerle si nos abalanzamos a él y empezamos a hacer de todo para calmarle sin primero mirarle, pensar que le puede estar pasando. Algo quiere deciros. Si sois observadores pacientes seguro que pronto seréis capaces de reconocer cada llanto de vuestro bebe. No dudéis de vuestro instinto. Así que dosis y más dosis de observación. Pausa: Otra de las claves que considero importantes es la sabiduría del saber esperar.
La pausa es aquel momento en que nuestro bebe esta dormido pero empieza a moverse, a quejarse, a hacer ruiditos o muecas raras... Aquí es cuando entra en juego "la pausa". Los bebes se mueven y hacen muchos ruiditos mientras duermen y eso no significa que estén despiertos pero si en ese momento les atendemos seguramente estaremos consiguiendo justo lo que no queríamos: que se despierte. Estaremos interfiriendo en un proceso de aprendizaje muy valioso para el futuro desarrollo del sueño de nuestro bebe. La pausa es sencillamente eso, esperar, observar (de nuevo) y actuar solo si realmente nos necesita. La pausa supone no intervenir cuando no sea necesario. Démosles la oportunidad de practicar con sus propias habilidades. Unos segundos serán suficientes para determinar si hay que intervenir o son simples ruiditos de sueño. Siestas: Un buen sueño nocturno empieza con un buen sueño diurno. Necesitamos que nuestro bebe duerma aquello que necesita por el día para que logre dormir bien por la noche. Por eso es tan importante trabajar las siestas y procurar que nuestro bebe esté descansado durante el día. Cuando son bebes hasta mas o menos los cuatro-seis meses ellos serán nuestra guía. Ellos nos indicará mediante las señales que anteriormente os decía cuando ha llegado el momento de ir a dormir y nosotros seremos los que les proporcionaremos un lugar, un ambiente y un confort para que logren conciliar el sueño de la mejor forma. A partir de los cuatro-seis meses muchos bebes dejan de dar tantas pistas y en muchos casos cuando nos "dicen" que tienen sueño es porque ya están pasados de rosca. Lo ideal es que a partir de entonces empecemos a ser cautelosos y nos adelantemos a lo que sabemos que será su necesidad. Si siempre llora a las 11 de la mañana por sueño, por ejemplo, será que quizás necesita acostarse a las 10:30... También podemos guiarnos por las tablas estadísticas de horas que debe dormir un bebe (siempre sin tomárnoslas al pie de la letra, como todo ;)). Creemos a partir de aquí una buena rutina, pues si nuestro bebe no duerme cuando lo necesita, si no atendemos esa necesidad en su justo momento corremos el riesgo de perder esa "ventana al sueño" que nuestro bebe nos indicaba y cuando queramos dormirle después él ya no estará predispuesto. La "ventana al sueño" se habrá cerrado y tendrá otro ratito de energía, pero otro ratito de energía que acumulará cansancio para la siguiente "ventana de sueño". Si esto se repite constantemente durante días tendremos a un bebe irritable, que quiere dormir pero que no puede o se resiste y que si se duerme dura 20min y puede que cada vez duerma menos. Se convierte en un circulo vicioso, pues cuanto menos duermen durante el día peor acaban durmiendo por la noche con el tiempo y viceversa. Ritual: Los bebes aprenden relacionando conceptos, actos e incluso utensilios o palabras. Podemos inventar un ritual para antes de acostar a nuestro bebe que repitamos siempre antes de acostarle. Como una señal para decirle que es momento de descansar y a la vez sirva para ir relajándole. Comodidad y ambiente: Procurar que nuestro bebe no vaya a dormir con el pañal muy sucio o con hambre o pensar que pueda pasar frío etc... Antes de acostarle tenemos que tener claro que nada de esto pueda pasar. Cuando son muy pequeños vale la pena arrullarles con una muselina, pues les recuerda al útero materno y se sienten muy a gusto y seguros.
Comments